LA TRECENA DE NUESTRA SEÑORA ROSA MÍSTICA PEDIDA POR NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO Y SU MADRE MARÍA SANTÍSIMA EN LAS APARICIONES DE JACAREI., BRAZIL., AL VIDENTE MARCOS TADEU.
Mensajes De Dios Al Mundo A Través De Su Profeta: Marcos Tadeu En Jacarei, Brazil.
La Trecena de Nuestra Señora
Rosa Mística
Pedida por Nuestro Señor Jesucristo
y Su Madre María Santísima
En las apariciones de Jacarei., Brazil.,
al vidente Marcos Tadeu.
La trecena de nuestra Señora Rosa Mística se trata de 13 días de oración comenzando siempre por los días 1ros.de mes y terminando el día 13.
En estos días son ofrecidas a nuestra Señora Oraciones de Desagravio con su rosario de las lágrimas de sangre y las meditaciones para los días sábados.
Esta oración fue pedida por primera vez por nuestra Señora en sus apariciones a la vidente Pierina Gilli en Montichiari, Italia. Y en sus apariciones en Jacareí, Nuestra Señora volvió a pedir al vidente Marcos Tadeu que esta oración fuese realizada.
El 8 de marzo de 1930 la Virgen se apareció a la hermana Amalia en Brasil y le dijo “Este es el Rosario de Mis Lágrimas, que fue prometido por Mi Hijo… ÉL concederá todos los favores que fuesen pedidos por los merecimientos de Mis Lágrimas.
Este Rosario alcanzará la Conversión de muchos pecadores, especialmente de los poseídos por el demonio.
Una Gracia Especial está reservada para el Instituto de Jesús Crucificado, principalmente la Conversión de varios miembros de una parte distante de la Iglesia.
Por medio de este Rosario el demonio será derrotado y el poder del infierno destruido. Ármense para la Gran Batalla.”
08/03/2005 – Mensaje de Nuestro Señor Jesucristo:
“En este día, Nuestro Señor Jesucristo hizo 10 Promesas para los que rezaren el Rosario de las Lágrimas de Sangre de Nuestra Señora todos los días.
Veamos las Promesas del Sagrado Corazón:
1. No morirán de muerte violenta.
2. No conocerán el fuego del infierno.
3. No serán flagelados por la miseria.
4. No conocerán las llamas del Purgatorio.
5. No morirán sin antes recibir el Perdón de Dios.
6. Serán confortados por Mi Madre en persona en la
Agonía.
7. Serán trasladados por Ella y colocados al lado de Su
Trono de Reina del Cielo.
8. Ocuparán el Coro de los Mártires como si hubiesen
sido de hecho en la Tierra.
9. No se condenarán las almas de sus parientes hasta la
cuarta generación.
10. En el Paraíso seguirán a Mi Madre por toda parte y
tendrán un conocimiento, una felicidad singular,que
otros que no habían rezado el Rosario de las
Lágrimas de Mi Madre no tendrán.
Al final del Rosario las Promesas de Nuestra Señora.
04/04/2004 – Mensaje de Nuestro Señor Jesucristo:
“Hijos Míos, Mi Sagrado Corazón desea que cada uno de vosotros hagan una Novena, una Novena del Rosario de los Dolores de Mi Madre Santísima, ofreciendo este Rosario por la Paz del mundo y por la Conversión de los pecadores, pues son ellos que destruyen la Paz del mundo con la ayuda de Satanás.
Si Me pidieren por los Méritos de los Dolores de Mi Madre Santísima, YO derramaré sobre la Tierra la Paz, enviaré Mis Ángeles para luchar contra los demonios instalados por los aires, por las ciudades y por las casas.
Y Mis Ángeles los amarrarán nuevamente en los abismos del infierno.
Al Rosario de los Dolores de Mi Madre no puedo negar nada. Porque él es la contemplación de cuánto Ella misma sufrió durante toda Su vida desde que nació hasta el fin por Mi Amor y a Mi lado.
Si muchos encuentran que Yo sufrí más que Mi Madre. Al contrario. Ella sufrió tanto y hasta más que Yo, porque Ella no sufría sólo por sí misma, sufría por Mí. Su Dolor, ¿quién podrá medir? Quién podrá traducir en palabras los tormentos de Mi Madre Santísima. Si, los propios demonios quedaron paralizados con los Dolores que Mi Madre Santísima sentía. Con las tristezas que Ella sentía en Su Corazón. Especialmente Mi Pasión.
Los propios demonios se admiraban del tamaño, de la crueldad con que los hombres Me trataron y trataron a Mi Madre en aquellas horas terribles de Nuestra Pasión. Si el sufrimiento de Mi Madre, si fuese transformado en fuego quemaría y derretiría todo el Cielo y toda la Tierra.
Si, ese fue el precio de vuestra Salvación. Este fue el precio de vuestro rescate del pecado. Este fue el precio de vuestras almas. Mi Dolor y el Dolor de Mi Madre.
Por eso aquellos que rezaren el Rosario de los Dolores, el Rosario de las Lágrimas contemplando los Dolores y las Lágrimas de Mi Madre Santísima todo concederé si lo que estas almas Me pidieren no fuera contrario a la Voluntad de Mi Padre y de Mi Sagrado Corazón y si fuera para el bien de las almas porque a los Méritos de Mi Madre, Yo nunca podré decir no. Nunca. Por eso, tened gran confianza, un gran Amor y Devoción a las Lágrimas y Dolores de Mi Madre.
Rezad estos Rosarios lo más que pudiereis y os confirmo que les daré las Gracias, que alejaré y amarraré los demonios, que derramaré la Paz como una lluvia mansa para mojar toda la Tierra transformada en un desierto de odio, violencia y maldad. A todos, Bendigo.”
27/02/2005 – Mensaje de Nuestro Señor Jesucristo:
“Yo deseo que el día 8 de Marzo sea la Fiesta de las Lágrimas de Mi Madre Santísima. El mundo no conoce las Lágrimas de Mi Madre Santísima, y por eso es tan ingrato con Ella.
La maldad humana quiso hacer desaparecer las Lágrimas de Mi Madre Santísima y Sus Mensajes a Mi hija Amalia Aguirre, pero YO la resucitaré y haré resplandecer por medio de estas Apariciones en este lugar predilecto de Mi Corazón.
En aquel día rezad muchas veces el Rosario de las Lágrimas de Mi Madre para que sean destruidas las fuerzas del infierno, y los pecadores se Conviertan. Quiero consolar a Mi Madre Santísima con la institución de la Fiesta de Sus Lágrimas y enjugar así Sus Lágrimas Dolorosas.”
Mensajes 2005
02/01/2005 - Fiesta Del Santísimo Nombre De Jesús: (…)
20/02/2005 – Mensaje De Nuestro Señor Jesucristo:
“Escribe hijo Mío que habrá una gran batalla en el aire, los Santos Ángeles y los demonios se debatirán en una lucha sin igual, el choque de las espadas de los Santos Ángeles con las de los demonios producirá grandes relámpagos y truenos que aterrorizarán el mundo entero.
Entonces, aparecerá en el Cielo la Señal de la Mujer Vestida de Sol, y con sólo un gesto Suyo, expulsará los demonios y todos los de él para el fuego eterno de una vez por todas, y entonces todos los hijos de Mi Madre Santísima que obedecieron Sus Mensajes serán reunidos por los Santos Ángeles en la Presencia de Ella, y serán coronados con coronas luminosas que jamás cesarán de brillar.”
LOS OCHO DOLORES DE MARÍA
Una espada más dolorosa atraviesa mi alma
Mayo 11/09 (2:30 p. m.)
María Santísima dice:
Hijos míos: llamo a toda la humanidad a orar por todos los pastores de la Iglesia. Tendríais sacerdotes santos si ofrecierais más ayunos y sacrificios por ellos. Vuestra tarea no es criticarlos, vuestro trabajo es pedir por su santificación y salvación. Meditad muchas veces en Mis Ocho Dolores para consolar Mi Corazón y creceréis mucho en la virtud. Oh alma que padecéis, venid cerca de Mi Corazón y aprended Conmigo. ¡Es junto a Mi Corazón traspasado de Dolor que encontraréis consolación!
Rosario de las Lágrimas de sangre
*Las Meditaciones son para los sábados
(Este día ha sido dado por el cielo especialmente a nuestra Madre Santísima para que sea venerada de un modo especial)
Oración Inicial:
Hemos aquí a Vuestros pies,
oh dulcísimo Jesús Crucificado,
para ofreceros las Lágrimas de Sangre de Aquella que, con tanto Amor, Os acompañó en el Camino Doloroso del Calvario.
Haced, oh buen Maestro, que sepamos aprovechar las lecciones que nos dan las lágrimas de sangre de Vuestra Madre Santísima, a fin de que cumplamos Vuestra Santísima Voluntad aquí en la tierra, de tal modo que seamos dignos de Alabaros en el cielo por toda la eternidad. Amén.
1º Dolor: La espada que traspasó Mi Alma
Conforme a la profecía del Viejo Simeón, en el Templo. Te invito a meditar sobre Mi conocimiento de todos los Dolores futuros,
el cual me fue entregado por Dios en la Presentación.
MEDITACIÓN: Hijos míos: una vez cumplido el tiempo de mi purificación, según la ley de Moisés, llevamos al Niño a Jerusalén para presentarlo al Señor, como está escrito en l a ley: que todo primer varón que nazca será consagrado al Señor.
Llevamos un par de tórtolas como ofrenda, ofrenda que fue recibida por los Santos Ángeles al son de música y danza celestial, ofrenda que fue la atracción del Padre Eterno; ofrenda que ante los ojos humanos carecía de valor, ofrenda que traía en sí el mayor tesoro de la humanidad: el Emmanuel, Dios con nosotros.
En Jerusalén había un hombre justo y temeroso de Dios llamado Simeón, hombre que esperaba de día en día la venida del Mesías.
Hombre poseído por el Espíritu Santo porque sabía que no había de morir antes de ver al Cristo o Ungido del Señor; hombre que inspirado por Dios vino al templo, tomó en sus brazos al Niño Jesús y bendijo a Dios; hombre que me anunció de la espada que atravesaría mi alma, espada que llevaría muy clavada en mi Corazón porque mi Hijo sería el blanco de contradicción de los hombres, espada que era el anuncio de los dolores futuros; dolores porque sufriría místicamente su pasión; dolores porque sus sufrimientos los compartiría conmigo, cercenarían mi alma.
Hijos amados: guardé sus palabras en mi corazón, no dejé que su profecía perturbará mi espíritu, me abandoné en los brazos de Dios y esperé pacientemente a que llegase el momento de padecer, momento de ofrecer al Señor mi tristeza, mis lágrimas; momento culmen para la historia de la humanidad, humanidad que sería redimida, liberada de la deuda del pecado. Ave María….
En vez del Padre Nuestro, se reza: "Oh Jesús, mirad las lágrimas de sangre de aquella que más Os amó en la tierra.
TODOS: y Os ama más intensamente en el cielo".
En vez de las Ave-Marías, se reza siete veces: "Jesús mío, oíd nuestros ruegos :
TODOS: Por las lágrimas de sangre de Vuestra Madre Santísima".
2º Dolor: La huida de la Sagrada Familia
Te invito a meditar sobre la ansiedad en los corazones de José y en el Mío por la seguridad del Niñito Jesús, y sobre la ansiedad que siento hoy por los que huyen de la salvación. Hijos míos: los misterios de Dios son grandes e insondables porque un Ángel del Señor se apareció en sueños a mi fiel esposo José. Ángel que le anunciaba tomar al Niño y su Madre, y huir a Egipto. Ángel que le anunciaba los pérfidos planes de Herodes de buscar al Niño para matarlo ; Ángel que le anunciaba quedarse allí hasta un nuevo aviso.
MEDITACIÓN: Amados míos: gran dolor invadió mi Corazón. Dolor de tener que salir de nuestra casa para tierra extranjera, dolor de tener que alejarnos de los nuestros para adentrarnos a una aventura desconocida, dolor de sentirnos impotentes ante la crueldad de aquél mandatario judío, dolor ante la matanza de niños inocentes, niños que recibieron la palma del martirio, niños que cerraron sus ojitos en la tierra para abrirlos en el Cielo. Niños que abruptamente se unieron a las rondas infantiles de los Santos Ángeles. No alcanzáis a sopesar el sufrimiento, las penurias y dificultades que padecimos durante el éxodo; éxodo que parecía no terminar; éxodo que nos sumergió en el silencio, en la clandestinidad porque temíamos que algo malo le sucediera a nuestro Hijo, al Hijo de Dios que, aún sin empezar su misión era relegado, excluido, perseguido; querían destruirle.
José cumplió fielmente con la misión de custodiar al Salvador, de proteger al Hombre-Dios, de librarlo de todo mal; de traerlo de regreso a la tierra de Israel porque su vida ya no corría peligro; Herodes había muerto.
Mis niños queridos: huimos hacia Egipto para preservarle la vida al Niño Jesús y hoy son muchas las almas que huyen de la salvación. Atraédmelas, con vuestras oraciones, sacrificios, ayunos, penitencias, a uno de los Aposentos de mi Inmaculado Corazón.
Allí las calentaré en la llama de Amor Santo, las cubriré con mis besos y abrazos, les daré todo el cariño que no han recibido de las creaturas, cariño que las llevará a permanecer a mi lado, a no quererse separar de mí porque al fin han encontrado una Madre que les ama, les protege, les cuida. Ave María….
En vez del Padre Nuestro, se reza: "Oh Jesús, mirad las lágrimas de sangre de aquella que más Os amó en la tierra.
TODOS: y Os ama más intensamente en el cielo".
En vez de las Ave-Marías, se reza siete veces:
"Jesús mío, oíd nuestros ruegos :
TODOS: Por las lágrimas de sangre de Vuestra Madre Santísima".
Este es un dolor que todos deberían sentir al separarse de Mi Hijo a través del pecado.“
MEDITACIÓN: Hijos míos: José y yo acostumbrábamos ir todos los años a Jerusalén a la fiesta solemne de la Pascua, fiesta a la que fuimos con el Niño Jesús cuando ya había cumplido doce años, fiesta que era amor ágape con el cielo en la tierra, fiesta en la que compartíamos, orábamos y celebrábamos alegremente. Una vez terminados los días de esta gran solemnidad, emprendimos el camino de regreso a nuestra casa, camino en el que faltaba lo más amado de mi Inmaculado Corazón, el gran amor de mi vida: Jesús, el encanto de mi alma y el desvelo de mis purísimos ojos.
Hijos carísimos: mi Corazón estaba sumergido en el dolor, le buscaba y no le encontraba, le llamaba y no me respondía, no daba señas de su presencia en la comitiva.
Al cabo de tres días de haberle perdido lo hallamos en el templo sentado en medio de los doctores de la ley, doctores estupefactos ante su gran sabiduría, doctores atónitos ante la certeza de sus respuestas, doctores de menguada inteligencia que no alcanzaban a descubrir que aquél niño era el Mesías, el Dios esperado.
Al encontrarle quedamos maravillados ante la elocuencia de nuestro Hijo. Hijo que cuestionó a los maestros de la ley.
Hijo que se ausentó de nosotros para emplearse en las cosas que miran al servicio de su Padre.
Hijos amados: si mi Corazón se desmoronó de dolor ante la ausencia de Jesús por tres días, qué podrán sentir entonces aquellas almas que se separan de Él por muchísimos años, almas inmersas en el pecado, almas alejadas de su Casa Paterna, almas con corazón de pedernal que no sienten la necesidad ni el deseo de buscarle.
Vosotros, pequeños míos, ayudadme a buscar a aquellos hijos que se me han perdido, hijos que caminan por otros senderos, hijos que se han dejados seducir por el mundo; hijos que desprecian mis consejos, mi cariño maternal; hijos que padecen soledad y frío, hijos a los que busco afanosamente porque todos me son importantes, a todos los quiero arropar bajo los pliegues de mi Sagrado Manto, deseo sanar las heridas de sus corazones con mis besos. Ave María….
En vez del Padre Nuestro, se reza: "Oh Jesús, mirad las lágrimas de sangre de aquella que más Os amó en la tierra.
TODOS: y Os ama más intensamente en el cielo".
En vez de las Ave-Marías, se reza siete veces:
"Jesús mío, oíd nuestros ruegos :
TODOS: Por las lágrimas de sangre de Vuestra Madre Santísima".
4º Dolor: Su encuentro con Nuestro Señor todo Flagelado, cargando Su pesadísima Cruz en la calle de la Amargura.
Te invito a meditar sobre el dolor de Mi Corazón cuando vi el dolor físico que Mi Hijo sufrió debido a la falta de amor en los corazones. También piensa en el dolor que sufro hoy por la falta de amor en los corazones.
MEDITACIÓN: Hijos míos: Mi Inmaculado Corazón se desgarró de dolor al encontrarme con Jesús, camino al Gólgota; dolor de verlo tan desfigurado por las bofetadas que descargaban los soldados romanos en su precioso Rostro; dolor de verlo cargar sobre sus hombros una cruz tan grande y sumamente pesada; dolor al escuchar los insultos, las burlas que en contra del Hijo de Dios proferían; dolor al mirarle y ver sus ojos apagados, lúgubres rodeados de densos coágulos de sangre; dolor porque no podía hacer nada en aquel momento de nuestro encuentro; encuentro en el que sin pronunciar palabras me animó a seguirle, a cargar místicamente con su cruz, a no protestar frente a la crueldad que mis ojos veían, encuentro en que los mismos Ángeles quedaban estupefactos ante la fortaleza del Hombre-Dios para no dejarse amilanar, derrumbar porque era casi todo un pueblo que estaba en su contra.
Mi corazón estaba sumido en la tristeza porque mi Hijo, la única razón de mi existir, había perdido sus rasgos Divinos, sus facciones perfectas; sentía su mismo dolor y rogaba junto con Él al Padre por estas pobres almas, almas poseídas por satanás que querían destrozarlo, almas poseídas por satanás que pagarían alto precio por la ignominia de sus actuaciones, almas poseídas por satanás que desconocían que a quien agredían era al Mesías, al Dios esperado; almas poseídas por Satanás que no medían la vileza de sus palabras; palabras con alta dosis de veneno letal que herían, aún, más mi doloroso Corazón.
Corazón que perdonaba, Corazón que pedía misericordia a Dios. Corazón que se unía al sufrimiento del Sagrado Corazón de Jesús para manifestarle que su Madre estaba con Él.
Hijos amados: sufro hoy porque muchos hombres carecen del amor, amor que es bálsamo sanador para las heridas, amor que es oasis de paz para el espíritu turbado, amor que es luz de esperanza para aquellos que creen que ya todo está perdido, amor que trasciende las esferas del conocimiento y del saber; amor que humaniza, sensibiliza, amor que conlleva a soportar, a aguantar hasta llegar al punto culmen de la inmolación y del sacrificio. Ave María….
En vez del Padre Nuestro, se reza:
"Oh Jesús, mirad las lágrimas de sangre de aquella que más Os amó en la tierra.
TODOS: y Os ama más intensamente en el cielo".
En vez de las Ave-Marías, se reza siete veces:
"Jesús mío, oíd nuestros ruegos :
TODOS: Por las lágrimas de sangre de Vuestra Madre Santísima".
5º Dolor: La bárbara crucifixión y muerte de Su Divino Hijo.
Te invito a meditar sobre el dolor del Corazón de una Madre por la muerte de Su Hijo y en la virtud del perdón que recibí a través de la gracia y la oración. Piensa en Mi dolor al observar la muerte de los no nacidos.
MEDITACIÓN: Hijos míos: fue grande el dolor que sentí en el momento de la crucifixión de mi Hijo Jesús.
Esta escena de su Sagrada Pasión desgarró mi Inmaculado Corazón porque la furia diabólica de los soldados romanos al clavar las sagradas manos y pies de Nuestro Señor, sus huesos fueron descoyuntados.
Cada martillazo hacia estremecer la tierra, sus gemidos retumbaban en mis oídos, sus lamentos eran como espada afilada que lentamente desgarraba mi vientre virginal.
Vientre que pasó a ser Vaso Purísimo para contenerlo.
Vientre que le arrulló hasta el día de su nacimiento.
Vientre que fue adornado y embellecido con el nardo purísimo de celestial perfume. Vientre que era custodiado por los Ángeles del Cielo.
Vientre que fue tabernáculo del Amor Divino en el que se recreaban todos los seres celestiales; pero hoy le veía sumido en ansias de llevar hasta el extremo su inmolación ya que el deseo por la salvación de las almas era más fuerte que su mismo sufrimiento y el anhelo de padecer menguaba su dolor.
Allí, hijos míos, reparaba por estas pobres almas que eran como depredadores ávidos en consumir su presa.
Mis lágrimas impulsaban a Jesús a llegar al nivel más sublime de su estado Victimario, a ofrendar su vida por toda la humanidad.
Mi Corazón de Madre era despedazado ante la muerte de mi Hijo.
Hijo que me enseñó a perdonar, a no guardar rencor.
Hijo que me instruyó en la oración como medio para recibir la gracia. Hijo que me compartió parte de su crucifixión. Hijo que me llevó a la inmolación en cruz.
Cruz que es necesaria para ganarse el Cielo. Cruz que nos asemeja a Cristo Crucificado. Cruz que es galardón de oro que nos lleva al disfrute de la vida eterna.
Subid, pues, al monte Gólgota; crucificad allí vuestras imperfecciones, debilidades y pecados, y sentíos libres. Guardad en vuestro corazón las palabras del Crucificado y caminad tras de Él para que descubráis un mundo justo, humano. Ave María….
En vez del Padre Nuestro, se reza:
"Oh Jesús, mirad las lágrimas de sangre de aquella que más Os amó en la tierra.
TODOS: y Os ama más intensamente en el cielo".
En vez de las Ave-Marías, se reza siete veces:
"Jesús mío, oíd nuestros ruegos :
TODOS: Por las lágrimas de sangre de Vuestra Madre Santísima".
6º Dolor: Nuestra Señora recibe en sus brazos a su Hijo
enteramente llagado
y traspasado por la lanza.
Te invito a meditar sobre la aceptación de la Divina Voluntad a la que Yo me rendí. Pide por la misma gracia en tu vida ahora.
MEDITACIÓN: Hijos míos: una vez muerto Jesús fue descendido de la cruz. Mi Inmaculado Corazón quedó abismado en el dolor al ver su Cuerpo Santísimo lacerado maltratado, estaba irreconocible, había perdido su hermosura, se había borrado la delicadeza de sus facciones, lo tomé entre mis brazos, besé y adoré una a una sus Santas Llagas; Llagas que habían sido abiertas para inundar, con su infinita misericordia, al mundo entero. Llagas que habían sido abiertas para ser manantiales de agua pura para toda la humanidad;
Llagas que habían sido abiertas para ser fuentes de perdón para los pecadores; Llagas que habían sido abiertas para ser dulce refrigerio en los agonizantes;Llagas que habían sido abiertas para ser rayos de luz que iluminarán vuestro sendero, para evitaros caer en precipicios sin salida. Hijos queridos: al ver el Cuerpo inerte de Jesús, veía a las almas sumidas en el pecado como a muertos vivientes, almas que ceden a las tentaciones, almas que creen encontrar la felicidad en el mundo cuando verdaderamente hallan la desgracia, el sufrimiento.
Almas cuyo corazón se asemeja a un sepulcro putrefacto porque espiritualmente está en proceso de descomposición. Muchos fueron los sentimientos que embriagaron mi Inmaculado Corazón cuando estreché en mi seno Materno el Sagrado Cuerpo de Jesús.
Cuerpo desfigurado por los azotes. Cuerpo llagado por la crueldad con que fue tratado. Cuerpo que finalmente se quedaría hasta la consumación de los siglos presente en la Sagrada Hostia. Hostia que sufriría vejámenes porque muchos hombres se alimentarían de ella en pecado mortal.
Gran impresión me llevé al ver su Sagrado Rostro hinchado por las heridas que le produjeron su corona de espinas y por las bofetadas que le propiciaban los soldados romanos, soldados comandados por satanás, soldados cegados por la histeria colectiva, histeria que tenía como punto culmen llevar hasta el máximo sacrificio al Mártir del Gólgota.
Hijos amados: si vuestro corazón está purulento, dejadme sanar vuestras heridas con mis lágrimas.
El pecado os asesina en vida, el pecado os deforma, os arrebata de las Manos del Señor.
Os quiero limpiar con mi llanto. Soltaos de las garras del demonio y dejaos tomar de mis manos para que no os perdáis. Yo misma os llevaré por los caminos que os llevan al Cielo y os entregaré en las manos de Jesús. Ave María….
En vez del Padre Nuestro, se reza:
"Oh Jesús, mirad las lágrimas de sangre de aquella que más Os amó en la: tierra.
TODOS: y Os ama más intensamente en el cielo".
En vez de las Ave-Marías, se reza siete veces:
"Jesús mío, oíd nuestros ruegos :
TODOS: Por las lágrimas de sangre de Vuestra Madre Santísima".
7º Dolor: Nuestra Señora Acompaña a Su Divino Hijo a la Sepultura.
Te invito a meditar sobre el conocimiento que tuve, de que la muerte es un principio y no un final. Piensa en el dolor extremo que sentí cuando limpié Sus Heridas. Mi dolor fue, como lo es hoy, por la falta de amor en los corazones.
MEDITACIÓN: Hijos míos: José, natural de Arimatea, pidió licencia a Pilatos para recoger el Cuerpo de Jesús; licencia que le fue concedida, licencia que permitió tomar su Sagrado Cuerpo y bañarlo en especias aromáticas, amortajarlo con lienzos según la costumbre de sepultar de los judíos.
Mi Inmaculado Corazón se deshacía de dolor al tener que dejar al gran amor de mi vida en un sepulcro nuevo; sepulcro que sería ocupado sólo por tres días porque resucitaría, ascendería al Cielo para tomar Trono de gloria. Me fui a casa sintiendo la más abrupta soledad porque mi Hijo, la única razón de mi existir ya no estaba a mi lado, necesitaba de su presencia, de sus abrazos, de sus besos. Me abandoné por entero a la Divina Voluntad, viví en el Santo Abandono.
Dios me concedió la gracia de saber esperar aquel majestuoso momento de ser elevada al Cielo para ser coronada como Reina Universal de todo lo creado, de reunirme de nuevo con mi Hijo, con mi Señor, con mi Dios.
Queridos hijos: os llamo a que os unáis a, éste, mi gran dolor; dolor de la separación de una Madre con su Hijo, dolor de verle padecer, sollozar de amor por toda la humanidad, dolor de ver sus ojos cegados por coágulos de sangre, dolor de sentirle rígido, frío; dolor que hayan sepultado al Hombre-Dios. Hombre que revolucionaría la historia. Hombre que dejaría huellas de su presencia en la tierra. Hombre que perfumaría de nardo purísimo la tumba en la que había sido depositado, tumba sitiada por miríadas de Santos Ángeles, tumba privilegiada porque el Rey del más alto linaje había venido a ocuparla.
Amados míos: estad vigilantes para que no seáis sepulcros blanqueados, purificaos y acrisolaos para que irradiéis la luz de Cristo, para que seáis reflejos de Dios en la tierra. Hay tantos hombres que están muertos por el pecado, pecado que deforma su alma, alma que va perdiendo el suave aroma del Señor, alma que va perdiendo los pincelazos Divinos porque su corazón está putrefacto, en él pululan las siete larvas de los pecados capitales. Id, purificad el cementerio maloliente que lleváis por dentro y arrepentíos de toda culpa. Ave María….
En vez del Padre Nuestro, se reza:
"Oh Jesús, mirad las lágrimas de sangre de aquella que más Os amó en la tierra.
TODOS: y Os ama más intensamente en el cielo".
En vez de las Ave-Marías, se reza siete veces:
"Jesús mío, oíd nuestros ruegos :
TODOS: Por las lágrimas de sangre de Vuestra Madre Santísima".
8° Dolor: Los pecados de los sacerdotes
y religiosos del mundo entero.
Una espada más dolorosa atraviesa mi alma.
Hijos míos: llamo a toda la humanidad a orar por todos los pastores de la Iglesia.
Tendríais sacerdotes santos si ofrecierais más ayunos y sacrificios por ellos. Vuestra tarea no es criticarlos, vuestro trabajo es pedir por su santificación y salvación.
MEDITACIÓN: Hijos míos: la octava espada de dolor que atraviesa mi Inmaculado Corazón me produce grandes sufrimientos; espada que cercena mi alma por los pecados de los sacerdotes y religiosos del mundo entero.
Almas que han sido llamadas por Jesús a dejar su barca a la orilla del mar y seguirle, almas que por su vocación especial deben imitar al Hombre de Galilea en sus Santas virtudes, almas que deben encarnar el Evangelio al punto culmen de decir: “No soy yo quien vive, es Cristo quien vive en mí”; almas que deben ser coherentes con las enseñanzas del Maestro que les invitó a dejar el mundo, sus pompas, sus placeres fugaces.
Mis queridos hijos: hoy mi Corazón destila gotas de dolor porque algunos de mis hijos predilectos caen en el pecado, siendo escándalo para sus feligreses e hijos espirituales.
Estas pobrecitas almas acrecientan más la crisis de nuestra Iglesia.
Amados míos: no seáis duros en vuestros juicios, sed benévolos con ellos cuando escuchéis que uno de mis sacerdotes ha colapsado en su ministerio. Llorad junto conmigo y reparad con vuestros sacrificios su pecado.
Intensificad más la oración, pedid a diario por la santificación y salvación de todas las almas sacerdotales y religiosas; ellas son el punto blanco de satanás, las quiere destruir, aniquilar, desea sembrar caos, confusión.
Decidle a mis sacerdotes y consagrados que vengan a mí que yo los abrigaré bajo los pliegues de mi Sagrado Manto, que prenderé fuego en sus corazones con la llama de mi Amor Santo, que les prodigaré los cuidados y atenciones de una buena madre que vigila por el bienestar de sus hijos; que oren el Santo Rosario, oración predilecta a mis oídos. Oración que les fortalecerá en sus tentaciones; oraciones que los hará santos como el Santo de los santos.
Menguad el dolor de mi Inmaculado Corazón reparando por todos los pecados que cometen algunos de mis sacerdotes y religiosos del mundo entero. Pedid a Dios que tenga piedad y misericordia de ellas. Pobres de mis hijos si no se arrepienten en vida, el sufrimiento que les espera es aterrador. Allí son tratados con mayor dureza porque al que mucho se le dio, más se le exigirá. Ave María….
En vez del Padre Nuestro, se reza:
"Oh Jesús, mirad las lágrimas de sangre de aquella que más Os amó en la tierra.
TODOS: y Os ama más intensamente en el cielo".
En vez de las Ave-Marías, se reza siete veces:
"Jesús mío, oíd nuestros ruegos :
TODOS: Por las lágrimas de sangre de Vuestra Madre Santísima"
Al final se repite tres veces:
"'Oh Jesús, mirad las lágrimas de sangre de aquella que más Os amó en el mundo y Os ama más intensamente en el cielo".
Oración final
Oh María, Madre de amor,
del dolor y de la misericordia, Os suplicamos: unid Vuestras súplicas a las nuestras a fin de que Jesús, Vuestro Divino Hijo, a quien nos dirigimos, en nombre de Vuestras Lágrimas Maternales de Sangre, atienda nuestras súplicas y se digne concedernos las gracias por las cuales Os suplicamos, la corona de la vida eterna. Amén.
Oh Virgen Dolorosísima, que Vuestras Lágrimas de sangre derrumben el imperio infernal!
¡Corazón de Jesús Crucificado, Fuente de Amor y de Perdón,
por Vuestra Mansedumbre Divina renovad la faz de la Tierra y Reinad en nuestros corazones!
Querido Jesús, a través del Inmaculado Corazón de María, acepta hoy todos mis sacrificios de pensamiento, palabra y obra, en unión con Tu Santa Pasión y los Ocho Dolores del Corazón de nuestra Madre Bendita para el fortalecimiento de la Iglesia. Amén.
PROMESAS DE LA SANTÍSIMA VIRGEN A LOS DEVOTOS DE SUS DOLORES
1 . “Yo concederé la paz a sus familias”.
2 . “Serán iluminadas en cuanto a los divinos Misterios”.
3 . “Yo las consolaré en sus penas y las acompañaré en sus
trabajos”.
4 . “Les daré cuanto me pidan, con tal de que no se oponga a la
adorable Voluntad de mi Divino Hijo o a la salvación de sus
almas”.
5. “Los defenderé en sus batallas espirituales contra el enemigo
infernal y las protegeré cada instante de sus vidas”.
6. “Les asistiré visiblemente en el momento de su muerte y verán
el rostro de su Madre”.
7. “He conseguido de mi Divino Hijo que todos aquellos que
propaguen la devoción a mis lágrimas y dolores, sean llevadas
directamente de esta vida terrena a la felicidad eterna ya
que todos sus pecados serán perdonados y mi Hijo será su
consuelo y gozo eterno.”
Según San Alfonso María Ligorio, Nuestro Señor reveló a Santa Isabel de Hungría que El concedería cuatro gracias especiales a los devotos de los dolores de Su Madre Santísima:
1 . Aquellos que antes de su muerte invoquen a la Santísima Madre en nombre de sus dolores, obtendrán una contrición perfecta de todos sus pecados.
2 . Jesús protegerá en sus tribulaciones a todos los que recuerden esta devoción y los protegerá muy especialmente a la hora de su muerte.
3 . Imprimirá en sus mentes el recuerdo de Su Pasión y tendrán su recompensa en el cielo.
4 . Encomendará a estas almas devotas en manos de María, a fin de que les obtenga todas las gracias que quiera derramar en ellas.
La fiesta de Nuestra Señora de los Dolores se celebra el 15 de septiembre, al día siguiente de la Exaltación de la Santa Cruz.
Al pie de la Cruz, donde una espada de dolor atravesó el corazón de María, Jesús nos entregó a Su Madre como Madre nuestra poco antes de morir.
Nuestra Señora prometió que concedería siete gracias a aquellas almas que la honren y acompañen diariamente, rezando siete Ave Marías mientras meditan en sus lágrimas y dolores. Santa Brígida.(Las Aves Marías ya están incluidas en este Rosario de las Lágrimas)
maravilloso bello
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