MENSAJE DEL 26/MARZO/2009—ROSARIO DEL ÁNGEL DE ESPAÑA.
¿Mamá por qué me matas, que te he hecho yo?
La Virgen llora por estos crímenes.
El Maestro Jesús
LA MADRE
La Madre del Divino Cordero, se hace presente para bendeciros a todos
hijitos míos.
En la Presencia de Dios os bendigo, os amo, os protejo y mimo a todo mi
rebaño para conducirlo hacia las Moradas Celestiales o hacia el Reinado de
María.
Por tanto hijitos, seguirme, venir, seguir a vuestra Madre.
En el Nombre del Santo-Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Que así sea. Amén.
JESÚS SACRAMENTADO
El Corazón Eucarístico, hoy representa a toda la Iglesia de Dios, a todos sus
componentes, al Santo Padre que baño en mi Sangre y en mi Agua para que
lleven una vida digna de fe, esperanza y caridad. Para que guarden el
celibato y sean verdaderos hijos de Dios, los Apóstoles-seguidores del
Crucificado.
Bajo mi Manto, introduzco a todas esas hermanas-monjitas, para que lleven
la enseñanza de Dios en la verdad, que no hierren en el camino y su vestir
sea moderado. Y sus ademanes y virtudes sean las deseadas por el
Crucificado, por vuestro Jesús.
Os baño con mi Sangre y mi Agua, a todos los cristianos de la Tierra, a todos
mis fieles, a todos mis consagrados y esos hijos que sin serlos, enseñan la
Palabra de Dios, los conduce hacia Mí, dicen mi Palabra, dicen mis hechos.
Con mi Sangre y mi Agua, baño a todos los pecadores del mundo para que
se conviertan, a los infieles para que vean la verdadera verdad de Dios y se
conviertan.
Baño a las almas del Purgatorio. En estos días al Purgatorio bajo a derramar
mi Sangre y mi Agua, para que sean aliviadas en sus penas y los hijos de la
Tierra tengan caridad por ellas, como baño también a las que están perdidas
para que vuelvan a Mí, que vengan a mi Justicia y por aquellas pobres que
nadie se acuerdan, Jesús las baña dos veces por ser olvidadas.
Baño con mi Sangre y mi Agua, a todos los renegados, a los que nada
quieren con Dios, a los que me desprecian y me humillan, desobedecen o me
tiran por Tierra Yo, los cubro con mi Sangre y mí Agua para que un día alcancen a ver la Luz de Dios, alcancen a ver la verdad de Dios y que Jesús,
el que bajo a la Tierra un día y se sacrifico por todos, era el verdadero
Mesías, el verdadero Hijo de Dios.
Baño a todo ser humano y al mundo entero para que vengan hacia el Redil de
este Pastor y podamos juntar todas las ovejas con un solo Pastor y un solo
rebaño, para que podamos conseguir que un día haya solo una religión en la
Tierra, un sólo Dios; la Religión del Padre, y un solo Dios, Dios Omnipotente.
Yo, doy a mis hijos, al mundo lo más preciado que tengo, mi Sangre y mi
Agua, pues ya la vida la os la dí hijos míos. Y en esa Sangre, en esa Agua os
bendice hoy el Crucificado.
En el Nombre del Padre, del hijo y del Espíritu Santo.
Que así sea por siempre. Amén.
ÁNGEL CUSTODIO DE ESPAÑA
El Ángel Español por la gracia de Dios, (se inclina hasta llegar la cabeza casi
al suelo) se presenta ante ustedes acompañado del Coro Celestial de los
Ángeles, y el Altar de España.
Mis queridos amigos, compañeros, colaboradores os doy las gracias por
acordaros, y por todo lo que hacéis de este Ángel, vuestro Ángel Español.
Me gusta mucho el Rosario (que inauguramos) que con la ayuda del Maestro
y de San Sebastián, se ha fabricado. Rezarlo con mucha devoción, analizar
las palabras, gravarlas en el alma porque así recibiréis muchas gracias, y
muchas bendiciones, puesto que casi todas las oraciones son del Maestro. Y
algunas antiguas que no han perdido ese valor, esa gracia con la que se
rezaba antiguamente.
Yo os doy una bendición muy grande hoy para que seáis verdaderos
penitentes de Dios, fieles seguidores del Ángel de España y sobretodo fieles
seguidores de la Gran Reina de los ángeles.
Y Ella en unión con el Cielo dice: qué derramara abundantes gracias y dones
en este bendito Rosario dedicado a su Corte y en especial en un día
Eucarístico cómo es el jueves dedicado a Jesús, su Hijo.
Por lo tanto récemelo con devoción y amor, y sigamos siempre a esos Divinos
Corazones, al Corazón de la Santísima Trinidad.
El Ángel Español por la Gracia y Misericordia de Dios, qué concedió un Ángel
a España para su salvación y su ayuda y permitió que fuera conocido, yo os
bendigo en el Santo Nombre y Temor de Dios, en el Santo Nombre del Hijo,
en el Santo Nombre del Espíritu Santo con la Reina de los Cielos y Corte
Celestial. Amén.
SAN GABRIEL
Hoy voy hablar yo, porque estoy ahí presente detrás de esta hermana.
Soy el Ángel Gabriel. El que anuncio a María, el que trajo la Buena Nueva, el
que trajo la Divinidad del Cielo y la paz a todos los hombres para que fuera
escuchada, y fuera creída.
Yo siempre acompaño a la Reina de los Cielos y ayudo y protejo a todas sus
ovejas, y ayudo y protejo a todos sus protectores, a todos sus ayudantes.
Y os puedo decir, qué confiéis plenamente en esta Madre que jamás os
fallara, jamás os dañara, jamás os perjudicara al revés esta Bella Madre sólo
traerá gracias, dones, misericordia, esperanza, mucha esperanza en un
mañana.
Os traerá al Hijo en su seno, os traerá la Victoria Final, os traerá tantas cosas
como el acercamiento a la Santísima Trinidad.
Esta Gran Señora Ilustre, esta Gran Dama como no hay otra y vuestra madre,
nuestra Señora escuchadla, mimarla, protegerla de todo daño que se le hace,
defenderla cuando la atacan, cuando la tiran. Iluminarla, ponerla luz porque
Ella necesita esa luz para iluminar al mundo.
Flores, cómo le gusta las flores que los hijos de la tierra le ponen a la Reina
de los ángeles. Ella las mira, las mima, las huele una a una y si no tiene olor
Ella las perfuma con su presencia.
Y como le gusta todas aquellas oraciones que le hacéis, esa pequeña,
insignificante, sea grande no importa Ella en la cajita de cada uno de la vida,
Ella va guardando, atesorando lo que cada uno le ofrece, lo que cada uno le
da, lo que cada uno le regala. Y Ella guarda la cajita de cada uno hasta
llegado el momento de vuestro Juicio, que Ella portara esa caja cómo
Abogada Defensora.
En estos días que la Madre se consume de dolor, cuando vuelve a recordar y
a ver la Pasión de su Hijo, el sufrimiento y dolor de su Hijo por este mundo, a
Ella le gusta que recordéis sus dolores, que recordéis sus agonías, que
recordéis su cruz, pues Ella aunque no visible, aunque no se pueda tocar,
Ella con el Hijo llevaba su propia cruz. Tras su hombro llevaba la cruz de
todos los pecados de sus hijos que habían hecho que el Hijo sangrara y se
destrozara de esa manera. Pues la Madre efectivamente cargaba también su
cruz. Hijo y Madre fueron una unión perfecta en dolor, sufrimiento y
redención; uno visible, el otro no, pero los dos con las mismas Llagas, los
mismos dolores, las mismas roturas por dentro del Alma.
Los Dos suplicando por lo mismo: por los hijos de la Tierra, y para que se
abrieran las puertas del Cielo y el Padre-Celestial, se pusiera a bien con los
hijos de la Tierra.
Los Dos conservaron esa “Fe, esa paciencia y ese amor” hacia todos
ustedes.
Que favor le deben ustedes tan grande a Jesús y a la Gran Reina de los ángeles. Y para que contar lo que le debéis al Padre-Eterno que os mando al
Hijo y a la Madre para vuestra purificación, para vuestra entrada en el Reino
de los cielos.
Cómo la queremos los ángeles y los ángeles puros, nobles que solo servimos
para obedecer y adorar y amar a Dios y respetar al ser humano, y traer,
trasportar la palabra Divina y llevar la vuestra no comprendemos cómo
ustedes Obra Maestra de Dios, pueden hacerle tanto daño al que es y será
Dios por siempre, por los siglos de los siglos. No entendemos ni
comprendemos porqué hacen tanto daño, porque lo siguen negando, porqué
lo desprecian y porque una generación tras otra siempre negáis a Dios con
tanto cómo ha hecho, con tantos milagros, con tantas obras cómo hay en la
Tierra de vuestro Padre-Celestial. Nunca entenderemos ni comprendemos
porque el ser humano tan bello, tan digno y también creado sea tan retorcido,
tan cruel y desobediente con su Propio Creador, con su Propio PadreCelestial.
El Ángel Gabriel, acompañado de la Santísima Virgen María y el Coro
Celestial de todos los ángeles, os bendice a sus pequeñas ovejitas, a las
ovejitas de la Madre.
En el Nombre del Todopoderoso-Padre, del hijo y del Espíritu Santo y Nuestra
Señora. Amén.
* Señor, yo humildemente me atrevo a pediros que bañéis también a los
agonizantes y moribundos de esta noche y de todas las noches, que tanta
necesidad tienen. Será Señor, que como le tengo tanto miedo a enfrentarme
a la muerte; algunos santos decían que la separación del alma del cuerpo era
como arrancarse una uña a lo vivo.
Por favor… Muchas gracias mi queridísimo Maestro.
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